29 mar 2015

ELEGÍA NOCTURNA

Ay de mi corazón que nadie quiso
tomar entre mis manos desoladas.
Tú viniste a mirar sus llamaradas
y le miraste arder claro y sumiso.
El pie profundo sobre el negro piso
sangró de luces todas las jornadas.
Ante sus pies, callada,
tus puertas invisibles, Paraíso.
Tú que echaste a las brasas otro leño
recoge las cenizas y al pequeño
corazón que se mueve tras su dueño 

5 comentarios:

  1. Cuando se pertenece de esa forma, es a fuego... Incluso, a pesar de uno mismo...
    Endecasílabos que ponen a temblar... ainsssssss

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  2. A sangre y fuego mi estimada Nicky :-) ay esos temblores cuando sientes su presencia, oyes sus pasos, siente su leve caricia de sus dedos rozar tu frente, mientras esperas arrodillada con los ojos vendados, y los demás sentidos a flor de piel, incluso el.olfato, donde su aroma te inunda los sentidos uhmmnn jeje.... Un fuerte abrazo y un beso casto de cariño :-)

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  3. Paraíso alcanzado entre las cenizas de su fuego que arden en el continente de su cuerpo.

    Un placer leerte Don Juncal.

    Un beso.

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    1. Es el rescoldo que queda en el corazón que con un leve soplido se aviva ese fuego vivido, experimentado del cuerpo...
      Gracias Maria y el placer es mutuo, cuando leeo sus escritos. Un fuerte abrazo

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